Sentado debajo de un naranjo, estaba un tipo bien haragán quien miró hacía el cielo y dijo:
- Dios... ¡dame una naranja!
Al segundo, cae una naranja del árbol justo en la mano del haragán.
- ¡Pelada, Señor, la quería pelada!
Hay que vivir la vida siempre alegre... Los chistes, algunos me las han contado, los he leido en algún sitio y los adapto, o sin querer queriendo los he encontrado en la Web. pero los arreglo a mi modo. Leo cientos en un sitio Web, pero selecciono sólo los que me hacen reir o por lo menos sonreir. Los chistes son para eso: hacernos reir y no tienen la intensión de ofender a nadie...He dicho... ¡Caso Cerrado!
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