Un limosnero en pleno diciembre toca en una casa y dice:
-Señora, regáleme algo para comer por favor, pero que no sean pasteles, ni cerdo horneado, ni pavo horneado, que estoy hasta la madre de comer eso ...
-Ahh bueno, ¿le gusta el pescado?
-Sí, síiiii ¡claro!
-Entonces venga en Semana Santa, hijo de su pinche madre!!
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